10 de octubre de 2016

Bayonetazo #3. "Ese muerto no es solo mío"...

A las dos de la mañana del día 26 de diciembre, en la ciudad de Valencia, Carujo, en declaración formal por ante el Alcalde Primero de Valencia, reconoce su participación en los hechos registrados en la ciudad de Caracas, el 8 de julio de 1835, mismos que condujeron al arresto y posterior reclusión del Doctor José Maria Vargas. Interrogado sobre aquellos hechos responde: “…que ciertamente fue uno de los trece jefes que se indican (quienes suscriben el acta de deposición del Presidente Vargas y la declaratoria de la Revolución de las Reformas) que suscribió el acta enunciada y cooperó a la revolución, y que de Comandante que era entonces, recibió los ascensos de Coronel y General de Brigada.” Intimado por la autoridad a reconocer la comisión de los delitos contra el Presidente Vargas, el uso de la violencia y la existencia de una “discusión política” con el Presidente, acerca de la validez de los actos que se le imputasen, Carujo responde: “…él solamente no intimó la orden de prisión al Presidente de la República sino otros de los dichos jefes: que es cierta la discusión con el dicho Presidente; pero que aunque en aquel acto tenía pistolas no las sacó de las faltriqueras.”[1]

Carujo reconoce su culpa, pero parece decir “el muerto no es solo mío” al declarar expresamente la participación de “…otros de los dichos jefes…”; no niega la posterior “muy afamada” discusión con Vargas pero si reniega de la acusación de “violento”: ni siquiera sacó las pistolas de las faltriqueras. Sin ánimo de hacer comparación alguna, pero “oliendo el mismo sancocho”, en la declaración de Carujo resuenan las últimas cuitas del mal llamado General Rafael Simón Urbina, la tarde del 13 de noviembre de 1951, tras haber dirigido el secuestro e infortunado asesinato del Comandante Carlos Delgado Chalbaud, a la sazón Presidente de la Junta Militar de Gobierno. Lucen como suerte de “Chivos expiatorios”… ¿Acaso lo serían…?



[1] ___, Juicio y sentencia de Pedro Carujo por la conspiración contra Vargas. Escuela de Historia. Facultad de Humanidades y Educación. Caracas, 1960. Pág.4.

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