10 de octubre de 2016

Bayonetazo #4. "En política no hay delito..."

En la declaración que el Comandante Pedro Carujo rinde ante el mismo Alcalde Primero de Valencia, el 4 de enero de 1836, hace esta importante afirmación, luego de que en el documento se dejara constancia acerca de la formulación de la interrogante en los siguientes términos: “Se le hace cargo como sabiendo que infringía una ley de la Nación y que con ello cometía delito contribuyendo el ocho de julio del año próximo pasado para la deposición de los altos funcionarios de la República…”, seguidamente contestó el imputado: “…no lo creyó delito, porque en política no hay delito y que el resultado es el que califica las acciones.”[1]

Esta declaración de Carujo constituye un verdadero “bayonetazo”. La misma “bayoneta” que sirvió, ha servido y servirá para “asesinar” en Venezuela (o al menos herir de gravedad) instituciones, principios y hasta Constituciones: “…en política no hay delitos porque el resultado califica las acciones”. No se trata de principios, ni de leyes, ni de defensas institucionales: se trata del “resultado de las acciones”. Acaso de ahí provenga esa vieja máxima de la pragmática política nacional: “en política resulta bueno solo aquello que da resultados”. Y cómo dice el mismo Carujo con posterioridad (y así lo afirmó Urbina en su momento) si la Revolución de las Reformas hubiese triunfado, él hubiese sido reputado de héroe, que no de asesino, ni sedicioso. Acaso algo similar hubiese ocurrido con Luis Cabrera Sifontes, si no hubiese sido fallido el atentado de Los Próceres contra Rómulo Betancourt, en 1960; o con Teodoro Molina Villegas, de haber tenido éxito el Carupanazo, el 4 de mayo de 1962. Y, finalmente, el mismo Hugo Chávez, de resultar victorioso el 4 de febrero de 1992, lo que ciertamente terminase ocurriendo cuando resultara el candidato victorioso en las elecciones presidenciales de 1998: la metamorfosis del golpe de Estado del 4 de febrero de 1992 de “Golpe” común y corriente, a “Rebelión Militar Victoriosa”“Los resultados” solo “los resultados”…Acaso el eterno “Alea jacta est” de nuestras acciones políticas tumultuarias…




[1] ___, Juicio y sentencia de Pedro Carujo por la conspiración contra Vargas. Escuela de Historia. Facultad de Humanidades y Educación. Caracas, 1960. Pág.9.

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